miércoles, 4 de abril de 2012

Así 2.0


Siempre he dicho, que estamos rendidos a las necesidades, que nos supeditamos a ellas y que ante ellas somos capaces de cometer la mayor de las barbaries. Son al fin y al cabo esas mismas necesidades las que nos permiten escudarnos, protegernos y ampararnos en una naturaleza que sigue siendo más primitiva de lo que nos atrevemos a aceptar, y es quizás inconscientemente ese pensamiento oculto el que nos otorga la facultad de cometer graves errores.

La necesidad de hacer saber lo que necesitamos, aunque suene redundante, es lo que nos desenreda el nudo de la garganta, lo que libera la "cosa" en el estómago y lo que nos rescata del horroroso silencio del que es vencido por los instintos. Yo, he sido muchas veces vencida. Pero cuando digo vencida no se entienda abatida o destruida, no, vencida sí, pero por tener esa enorme capacidad de sentir. De sentir más que de hablar, de discernir, de discriminar, de razonar.

Ahora pienso cuántas veces me habré equivocado, qué impetuosidad me habrá llevado al ostracismo o lo que más me aterra, a ser menos querida por ti. Pero ahora pienso, y si no fuera así?

Es verdad que tengo una gran capacidad de dinamitar las cosas, de no dejar piedra sobre piedra, grandes dotes de desproporcionalidad y lo de ponderar no es que se me de muy bien...y sabes qué? que te pido perdón por todas esas cosas, por todos esos momentos, de corazón. Te pido perdón por no ser normal ni corriente, por no poder ser simple, por no saber ser comedida.

Pero si te digo, que a cambio de eso puedo dinamitar las noches que duerma contigo, quitar las piedras del camino, darte besos desproporcionados y ponderar al alza siempre todo lo que te quiero, qué me dices? Quizás no te parezca un trato seguro, pero y ahora qué es seguro? Sea mejor quizás retroceder con seguridad y avanzar a tientas, al fin y al cabo somos es el tiempo que nos queda y a mi lo único que me hace falta es que me quedes tú.




domingo, 1 de abril de 2012

Las dos Españas

Somos las dos Españas y siempre seremos las dos Españas. Probablemente en nosotros hay una parte más grande o más pequeña de cada una de ellas, ya dijo Machado "una de las dos Españas ha de helarte el corazón". Si me preguntas cuándo empezamos a ser las dos no se decirte, si me preguntas por qué seguimos siéndolo, te digo que ojalá lo supiera y si por casualidad se te pasa por la cabeza intuir que puedo conocer cuando dejaremos de serlo, no, no tengo ni idea. 

Hay quien puede pensar que la cuestión radica en que "Spain is different", que lo que sucede es que nosotros no somos como los americanos que cuelgan orgullosos su bandera en cada tejado, en cualquier comercio, en todos los colegios. Hay quien puede pensar que no tenemos vocación de cohesión, ni de sentimiento nacional, y mucho menos de patriotismo. Los habrá que crean que lo que pasa es que los españoles quieren muy poco a España, y que en cuestiones de Estado y unión somos más bien proclives a linchamientos desafortunadamente públicos. Será esta probablemente una cuestión fruto del devenir histórico claro, todo se le puede achacar a la historia. Porque cuando los españoles tenemos que discutir algo las posibilidades de posturas enfrentadas se reducen a dos: el rojo y el facha. Quizá ahora en los tiempos que corren aflora de una forma más perceptible, más radical y claro que da pena, más hiriente. 

No es que a mi me guste que sigamos siendo así, ojalá un día pudiéramos olvidar esos calificativos que un día sembraron el terror y el sufrimiento, en los vencedores y en los vencidos. Pero si las miras bien, si aprecias lo que las diferencia, verás que es mucho más lo que las une. Porque es cierto que a veces las separa el dinero, y la iglesia, las tradiciones, los conceptos erróneos, el desconocimiento quizá. Pero si las miras bien de cerca, las dos hablan siempre del futuro de sus hijos, de la construcción de un país fuerte, a su manera cada una de la ayuda a los demás. Las dos hablan de sus pueblos, de sus mares, de su gente. Las dos te van a contar que cómo sabe una buena tortilla en verano y que como aquí en ningún sitio. 

Probablemente sí, la división de este país es más constatable que en cualquier otro sitio, que a nosotros se nos nota más es un hecho y que si las cosas cambian será dentro de mucho también. No sé si algún día veré colgadas banderas de este país en las azoteas, lo que si sé es que el futuro nos pertenece a las dos, que el porvenir no se le puede restringir a nadie, y que aquí se va a luchar claro que sí, por las dos Españas, que cada una quiere a su manera a este dichoso país.


"Vivid no de acuerdo con los ideales recibidos, sino con vuestras aspiraciones, con vuestra intuición más vehemente"