miércoles, 4 de abril de 2012

Así 2.0


Siempre he dicho, que estamos rendidos a las necesidades, que nos supeditamos a ellas y que ante ellas somos capaces de cometer la mayor de las barbaries. Son al fin y al cabo esas mismas necesidades las que nos permiten escudarnos, protegernos y ampararnos en una naturaleza que sigue siendo más primitiva de lo que nos atrevemos a aceptar, y es quizás inconscientemente ese pensamiento oculto el que nos otorga la facultad de cometer graves errores.

La necesidad de hacer saber lo que necesitamos, aunque suene redundante, es lo que nos desenreda el nudo de la garganta, lo que libera la "cosa" en el estómago y lo que nos rescata del horroroso silencio del que es vencido por los instintos. Yo, he sido muchas veces vencida. Pero cuando digo vencida no se entienda abatida o destruida, no, vencida sí, pero por tener esa enorme capacidad de sentir. De sentir más que de hablar, de discernir, de discriminar, de razonar.

Ahora pienso cuántas veces me habré equivocado, qué impetuosidad me habrá llevado al ostracismo o lo que más me aterra, a ser menos querida por ti. Pero ahora pienso, y si no fuera así?

Es verdad que tengo una gran capacidad de dinamitar las cosas, de no dejar piedra sobre piedra, grandes dotes de desproporcionalidad y lo de ponderar no es que se me de muy bien...y sabes qué? que te pido perdón por todas esas cosas, por todos esos momentos, de corazón. Te pido perdón por no ser normal ni corriente, por no poder ser simple, por no saber ser comedida.

Pero si te digo, que a cambio de eso puedo dinamitar las noches que duerma contigo, quitar las piedras del camino, darte besos desproporcionados y ponderar al alza siempre todo lo que te quiero, qué me dices? Quizás no te parezca un trato seguro, pero y ahora qué es seguro? Sea mejor quizás retroceder con seguridad y avanzar a tientas, al fin y al cabo somos es el tiempo que nos queda y a mi lo único que me hace falta es que me quedes tú.




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