sábado, 16 de junio de 2012

Intercambio Equivalente

Siempre pensé que no se escribe con rabia, porque cuando hay rabia es ella la escribe por ti. También pensé que el dolor no es un buen aliado de la pluma o de las teclas, porque el dolor habla siempre, incluso por los que están callados. Pero resulta, que pese a que ninguno de los dos sean buenos compañeros, parece que si los dejas hablar, no hace falta que sea de golpe, sino poquito a poco, por momentos, entonces se hacen más pequeños, se desinflan, como globos. Pero quizá no es tanto que se desinflen, sino que se transforman. 

Hubo alguien que habló una vez del "intercambio equivalente", yo no se si lo entendí bien, pero era algo así como que si quieres algo, tienes que dar algo del mismo valor. Supongo que si eres el otro lado del intercambio equivalente darás en función de lo que recibas, ¿no? Bueno, igualmente, a mi se me escapan un poco estas cosas de fisiquímica, de lo que si se, y aunque suene soberbio, es de justicia.

La justicia no es agradable cuando te parece injusta, y la injusticia es mágicamente más común que la primera. Claro que también no todos tenemos la misma consideración de ella, ¡ y menos mal ! Si no, sería esto bastante de "ojo por ojo y diente por diente" y así dijeron una vez que el mundo acabaría ciego. Pero lo cierto es, que pocos se replantean la idea real de justicia, sino cuando la injusticia toca a su puerta, por eso de la practicidad humana. 

Todos hemos obrado mal, y todos hemos sufrido ese yugo incesante que golpea al que es vencido por sus propios errores. Todos hemos fallado, faltado, equivocado. Y probablemente no es hasta que comprendemos que lo hemos hecho, que pensamos que el castigo es injusto, aunque lo impropio de verdad sea habernos equivocado, para con nosotros y para con quien sufrió del error. Y cuando llega ese momento, lo entiendes. Entiendes que el papel de la justicia no es otro que demostrar que aquello que puede parecerte irracional, abusivo, improcedente o incluso inmerecido, es lo único que a veces y desafortunadamente puede demostrarte que los errores se pagan caros, pero se pagan.

Y he ahí lo injusto de ella. Lo inaceptable de la justicia no es que en ocasiones pueda excederse o rebasar incluso el limite del dolor para hacerse valer, no que va. Rebasar los limites en ocasiones es tan necesario como ponerlos, para comprender que son eso, límites. Lo verdaderamente inadmisible de la justicia es que una vez juzgado, culpado e incluso castigado por el dolor propio, siga penando incesantemente, decretando una sentencia de muerte innecesaria. Porque cuando eso es así, la justicia deja de serlo para convertirse en tiranía, y la tiranía...

El intercambio equivalente no es una regla absoluta, a veces incluso queriendo algo con todas tus fuerzas, no es suficiente lo que das a cambio. Se supone que no hay nada más exacto que la física y que las matemáticas, o al menos eso es lo que nos han hecho creer. Pues bien, quizá no sea suficiente la redención, probablemente incluso una vez juzgados no podamos dejar de ser condenados, pero eso no puede ser una catástrofe aunque sea odioso e irrazonable. Eso, para lo único que nos sirve es para comprender, no que aquel que nos sigue juzgando no tiene compasión, sino para poder ver si mirando a los ojos de ese mismo se encuentra el pesar del que sabe que es justo y correcto lo que hace. Y cuando no encuentras pesar, ni desconsuelo, cuando lo que vez es altanería e indiferencia es que el que sentencia no tiene ni puta idea de lo que es la justicia. Porque la justicia de verdad abraza, incluso cuando ella misma sufre por haber sido dañada.






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