miércoles, 14 de noviembre de 2012

A un ángel...

Hay profesores y hay maestros, y luego estaba Javier. Todavía sin tener que cerrar los ojos lo recuerdo entrando con su guitarra de la mano, que no en la mano, en el colegio, sentándose en frente de nosotros y haciéndonos soñar. Todavía como si fuera ayer lo escucho diciéndome "dale esto a tu madre", el papel en el que escribió la oportunidad de hacer felices a tantos de nosotros cantando en la coral. Las primeras tardes en Trasmontaña, las primeras canciones. Las actuaciones en los teatros, las navidades en la Casa Museo Pérez Galdós, los días de tomar las medidas para los uniformes nuevos en el Corte Inglés, la vez que grabamos el video clip de nuestro primer disco.

Ninguno de ustedes vio como nos "ponía caras" para que riéramos mientras estábamos cantando. La emoción de verlo llegar con un papel nuevo, que significaba una nueva canción, y lo especial que era su relación con cada uno de nosotros. La tristeza de no poder contarle ahora lo agradecida que estaré siempre por su apoyo, porque su forma de valorarme me hizo crecer con seguridad, se transforma en el orgullo de poder decirle a todo el mundo que fui alumna de Javier Rapisarda, que el corazón siempre me sonará al ritmo de "Arucas piedra, Arucas platanar, Arucas laboriosa de olor a cañaberal" y que donde está, en más corazones de los que nunca imaginó, sonreirá cada vez despliegue las alas un Apupú.




"Gracias"

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