viernes, 20 de julio de 2012

Hasta aquí

Qué difícil se ha hecho. Ha sido éste el peor cuatrimestre de mi vida académica, de la mía, y estoy segura que de la del de al lado también. Ni si quiera cuando suspendí matemáticas sentí un desasosiego tan grande. Ha sido lento, lleno de baches, de taras, de trabas. No anda uno muy bien cuando tiene que leer tres o cuatro veces un párrafo porque las veces anteriores ha tenido la cabeza en Gusilandia. ¿Pero qué le vamos a hacer? Nadie tiene la culpa, ni si quiera yo, y no es por no asumir culpabilidades que probablemente tenga, es simplemente que ya está, que no queda nada, y que lo que tenga que ser será.

Ha sido muy difícil, de verdad. No ha sido sufrimiento, ha sido padecimiento mezclado con perseverancia, angustia con tintes de resistencia y aguante, dolor, sujetado por el enorme estoicismo del que es vencido por sus necesidades, y más que por sus necesidades, por lo que quiere de verdad. Ya no se muy bien si sigo hablando sólo de lo anterior.

Lo que si sé, es que pase lo que pase, y salgan las cosas como salgan, a partir de hoy termina una horrorosa época de vaivenes estúpidos, de creer que estúpidamente podemos superarlo todo, y de que a veces no todos los cuentos tienen final o feliz. O sí. 

Porque quizá sí que pase como en los cuentos, lo que ocurre es que aún no ha llegado. Y lo hará seguramente de una forma que no esperaba, en un sitio en el que no se te ocurriría, y la cuenta volverá a comenzar de nuevo "Erase una vez..." Pero eso, incierto, parece quedar lejos aún.

De lo que de verdad estoy segura, es de que hoy voy a salir ahí afuera, que se va a quedar atrás todo esto, que me voy a desprender, que no se va conmigo. Que me daré un baño en el mar y se caerá la piel muerta, la que murió sola y la que mataron. Que voy a reírme como nunca, a bailar como nunca, a soñar como siempre. Que voy a abrazar, a querer y a creer como me enseñaron, porque no se puede estar enfadado toda la vida. Y es que al final, las cosas son sencillas, fáciles, simples, y nunca han sido de otra forma, y nunca debieron serlo.

¿Ves toda esa luz de ahí afuera? Pues a mí no me da miedo.


"Gracias"




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