lunes, 12 de marzo de 2012

Para empezar, gracias...

Porque las gracias siempre se dan al final, pero para ser honesta aquí merecen un lugar privilegiado. Y es así, porque estamos tan mal acostumbrados a pensar que todo es fruto única y exclusivamente de nuestro trabajo y de nuestra voluntad  que nos olvidamos de lo que nos rodea.

Y es que nada de lo que escriba aquí, ni antes, ni luego, ni después, será otra cosa que el resultado de los momentos, de las sonrisas, de las miradas compartidas. Las cosas que nos rodean, grandes y menos grades de las que no nos podemos olvidar. De pequeña no me gustaba invitar a golosinas y sigue sin gustarme, pero las gracias es algo que se aprende a dar, sobre todo cuando te das cuenta que la vida está llena de momentos y de personas maravillosas, y sí, definitivamente eso no se puede descuidar.


"Es como un gran lienzo en blanco, quizá no seamos los únicos responsables de dibujar en él, pero siempre podemos poner los colores".


No hay comentarios:

Publicar un comentario