lunes, 3 de septiembre de 2012

just

Siempre he pensado que escribir ha sido mi forma de sobrevivir. Entiéndeme que sobrevivir sea muy diferente a subsistir, que no por eso lo segundo sea trivial ni mucho menos. Nunca he tratado perdurar más que ésto, ni resistir si no era cuestión de soledad, ni permanecer si no se trataba de ti. Pero supongo que sobrevivir es mucho más que todo eso, porque sobrevivir a veces supone seguir existiendo incluso después de la muerte, aunque uno muera sólo un poco, sabes de lo que te hablo.

La supervivencia debe convertirte, o por lo menos lo sospecho, en alguien más fuerte. ¿Y para qué queremos ser más fuertes? Supongo que hoy lo soy más que ayer y seguramente menos que mañana, pero no porque me apetezca, a mi que me dejen ser frágil si vas a estar aquí. Los días que cuartean la piel también van partiendo el alma, poco a poco, sin que escuches como se rompe, sin que se desprendan los pedazos. Los silencios entre las risas que te recuerdan que la mejor música del mundo se ríe de otra manera. El ruido del mar que no suena si no chocan con él las piedras que no resbalan. O ese pequeño instante, ése que se ha vuelto tan efímero que te cuesta distinguir, en el que algo que no sabes que es aún, te susurra de pronto "si hubiera estado aquí".

Es como estar en frente de dos caminos que sabes que nunca se van a encontrar. ¿Qué escribes? ¿Cómo te consuelas si serías capaz de seguir medio muerto una eternidad más? O no, ¿si lo que quieres hacer es sonreír y que te llene los días quien espera en la puerta? Cada día que pasa se escapa un poco más, se pierde, se ve más pequeñito. Yo no puedo hacer ya planes a largo plazo, el futuro hace tiempo que me dio una bofetada. Por eso hoy voy a quedarme aquí, en ese sitio entre la esperanza  y el olvido, no se si sabes dónde está, pero da un poco de miedo. Creo que queda junto al recuerdo y las ganas, el amor hace esquina como en todas nuestras calles, en el banco de los momentos  y con el vestido de los besos, más cerca de casa de lo que me gustaría, pero es que de noche no me gusta andar sola, y por aquí hace tiempo que no sale el SOL.


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